Psicoanimal

Échame una pata: terapia y educación canina para mujeres víctimas de violencia de género.

El programa «Échame una pata» nace con el objetivo de fomentar el bienestar y la calidad de vida de mujeres que hayan sufrido violencia de género. A través de una intervención basada en la combinación de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) y la Educación Canina.

Es un programa piloto que se va a desarrollar en la localidad de Ciudad Real en colaboración con la Concejalía de Igualdad y el Centro de la Mujer de esta localidad. El encargado de llevarlo a cabo será el equipo de Psicoanimal. Un equipo multidisciplinar formado por profesionales sociosanitarios, socioeducativos y de la educación canina.

Con 10 años de experiencia dentro de las IAA en diferentes ámbitos y áreas. Desarrollando sus funciones dentro de unos parámetros y principios claros de bienestar humano y animal, que se reflejan en su propia guía de buenas prácticas. Psicoanimal trabaja en dos vertientes: las IAA y la educación canina.

Este programa en concreto será desarrollado por Guadalupe Gallego, educadora social, interventora y guía; Javier Flores, psicólogo, interventor y guía; acompañados de Mani, perro seleccionado y formado en IAA. Coordinado por Rocío Fernández, psicóloga y coordinadora del área de IAA y el área de educación canina de la entidad.

El eje de esta intervención bidireccional es el aprendizaje-servicio, es decir, un programa de formación que a la vez aporta un beneficio directo en la mejora y desarrollo de una situación social problemática dentro de su localidad. En el aprendizaje-servicio los educandos identifican en su entorno próximo una situación con cuya mejora se comprometen, desarrollando un proyecto solidario que pone en juego conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

En este caso, las mujeres se comprometen a mejorar la situación de perros y perras que estén buscando una oportunidad en entidades de protección animal de la provincia. 

Este proceso de aprendizaje-servicio, basado en la formación en educación canina que pretende mejorar la situación problemática de abandono animal en su localidad, irá acompañado en todo momento por sesiones de IAA, en este caso concreto, Intervenciones Asistidas con Perros (IAP).

 

 

IAP y mujeres víctimas violencia de género, el porqué. 

A través de las IAP logramos favorecer la comunicación, descentralizamos el problema, potenciamos las emociones positivas, proporcionamos un estímulo multisensorial y facilitamos el vínculo entre la mujer y el trinomio de intervención (interventor, guía y perro de intervención).

Son muchas las propiedades de la IAP de las cuales se pueden beneficiar las mujeres en esta situación, estos beneficios son de gran importancia para este colectivo que ha sufrido una violencia psicológica sistemática.

 

Desde estas intervenciones se trabajan estilos de comunicación asertiva, disminución del sentimiento de culpa, empoderamiento e inteligencia emocional. Además, nos proporciona un espacio seguro y de confianza, donde aprender los conocimientos básicos sobre educación canina que guiarán el proceso de aprendizaje servicio.

Para desarrollar este proyecto partimos de la base del modelo colaborativo, donde la clave es buscar el beneficio de todos los miembros del equipo (humano y animal), aprendiendo en equipo y construyendo los conocimientos de manera cooperativa. En este punto, resulta clave la introducción del perro como herramienta de motivación, ya que a través de su comunicación y su naturaleza cooperativa se promueven actitudes como la enseñanza mutua, el intercambio de papeles (cuidado a cuidador) o la participación.

¿Cómo se materializa este programa?

“Échame una Pata” se divide en tres fases diferenciadas, pero a su vez, conectadas. En una primera fase, nos centramos más en la parte de IAP, trabajando de una forma más directa sobre el bienestar y calidad de vida de cada una de las mujeres participantes. Reforzando aquellos puntos que sean más necesarios, fomentando el sentimiento de grupo e introduciendo poco a poco conocimientos básicos sobre el bienestar y la educación canina.

Es en esta primera fase iniciaremos las primeras evaluaciones sobre las características y necesidades personales de cada mujer que se irán compaginando con los primeros acercamientos a la selección de los perros participantes del programa.

Con la segunda fase nos adentraremos en profundidad en la educación canina. Trabajaremos los conocimientos en un espacio de seguridad y confianza mediante las sesiones de IAP con nuestros perros de intervención. Una vez afianzado el protocolo de educación cognitivo emocional, pasarán a desarrollar este protocolo con los perros seleccionados de acompañamiento emocional.

El protocolo de educación canina es un protocolo que hemos elaborado desde Psicoanimal a través de nuestra experiencia en formación de perros de intervención. Apoyándose en el modelo cognitivo emocional en positivo y añadiendo técnicas como puede ser el aprendizaje social o “Do as I do”. Focalizando el trabajo en la creación de un vínculo equilibrado y estable, en la creación de espacios de aprendizaje a través de espacios de juego y calma y un código de comunicación sencillo y claro.

Desde este programa, recalcamos la necesidad de trabajar desde una intervención basada en la mejora de la gestión emocional de las participantes y la preparación para la incorporación de un perro de acompañamiento emocional a la unidad familiar, respetando los tiempos necesarios para cada una de las mujeres.

Presentación del proyecto "Échame una pata".

La introducción del perro de acompañamiento solo se llevará a cabo cuando las circunstancias sean favorables tanto para la participante como para el animal. Será en la tercera fase, donde, mediante las herramientas de evaluación se comprobará que no hay evidencia de que la situación puede ser perjudicial para ninguno, ni humanos ni animales. Es aquí donde el programa ofrece dos rutas alternativas tras la valoración.

Primera ruta: si tras la valoración, se ve favorable la introducción del perro en la unidad familiar y los miembros están de acuerdo, se procederá a firmar el contrato de responsabilidad animal y empezaremos a trabajar la llegada del nuevo miembro de la familia, asesorando a ésta en todo momento.

Segunda ruta: si tras la valoración, no se ve favorable la introducción del perro en este momento a la unidad familiar o los miembros no están de acuerdo trabajaremos la adoptabilidad de ese perro. Es decir, a través de la educación canina y sesiones de trabajo conjuntas con ese perro favorecemos su futura adopción. Además, será la mujer la encargada de dar visibilidad a ese perro en particular. ¿Cómo? Colaborando con la entidad de Protección Animal mediante la elaboración de material multimedia que puedan publicar en sus redes sociales. Usando las redes sociales de manera eficaz, consciente y útil.

Ambas rutas serán respaldadas por sesiones de IAP basadas en un ocio saludable. Se creacá un grupo de respiro terapéutico, donde compartir y experimentar momentos al lado de los perros de acompañamiento emocional y los perros de intervención.

A tener en cuenta en nuestros programas

Los perros del equipo de Psicoanimal son perros seleccionados y formados específicamente para la realización de este tipo de intervención. El bienestar y calidad de vida de nuestros perros es una premisa de calidad de nuestras intervenciones, donde priman el comportamiento y comunicación natural de nuestros animales. Nuestras IAA están específicamente diseñadas y cuidadas para el beneficio mutuo y disfrute de animal y beneficiario, pues desde nuestro prisma esta es una vía ética y respetuosa para con los animales y efectiva en términos de consecución de objetivos. 

 

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