El proyecto «Caballos Azules» nace durante el estado de alarma para cubrir las necesidades emocionales y sociales que se derivan de un confinamiento.
Siguiendo el modelo de programa desarrollado por Perros Azules en colaboración con Fundación Aladina con pacientes de diferentes hospitales de España, este proyecto pretende promover la instauración de un programa de Intervenciones Asistidas con Caballos (IAC) pionero en España. En este proyecto se promueve que los caballos de intervención puedan apoyar a los profesionales de la psicología en el acompañamiento y el abordaje terapéutico, a través de vídeo conexiones con pacientes de la Unidad de Oncología pediátrica.
Y no sólo el Covid19 es la causa de este aislamiento social: los pacientes oncológicos en pediatría son muy frecuentes en el panorama de nuestro país, y el cáncer aparece como una de las mayores causas de limitaciones en edad pediátrica. Las características de esta enfermedad y los efectos secundarios que generan los diferentes tratamientos inciden no sólo en el bienestar psicológico del niño y de la niña sino también en el de toda su familia, a través de una compleja multitud de variables sintomáticas, terapéuticas, emocionales y sociales que entrelazadas, impactan de forma casi determinante en los procesos de adaptación, dinámica y funcionamiento familiar. Los principales síntomas manifestados por los niños y por las niñas enfermos de cáncer a nivel psicológico son la ansiedad, tristeza, irritabilidad, aislamiento, llanto, angustia, inseguridad, entre otros, que dan como resultado una serie de necesidades socioafectivas que deben ser atendidas por el personal de salud de manera conjunta (Ibáñez, e.,2009).
Es en este punto es donde podemos introducir las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) como un recurso terapéutico que aborde estos retos psicosociales.
En el caso específico de este proyecto, dentro de las IAA cabe destacar la psicología asistida con animales. Este tipo de terapia se basa en la consecución de objetivos de carácter psicológico y cuyo desarrollo es llevado a cabo por un profesional de la psicología en compañía de un animal que ejerce el rol de motivador y/o facilitador de la intervención psicológica. Al igual que el resto de las intervenciones, la psicología asistida con animales se lleva generalmente a cabo con perros y con caballos. La realización de un programa de psicología asistida con perros o con caballos depende de la naturaleza de la intervención, de los objetivos a alcanzar y de la población diana para la que la intervención esté diseñada. En este caso, proponemos un programa de psicología asistida con caballos, pues, como se va a exponer a continuación, el aporte de este animal en la esfera psicológica emocional y la social es muy significativa.
El caballo es una de las especies animales más frecuentemente incluidas en las intervenciones asistidas con animales (Ordóñez, 2015). La literatura refleja su participación en programas ocupacionales, fisioterapéuticos, psicológicos y de otras disciplinas, y en la actualidad es posible encontrar iniciativas que incluyen équidos en todos los rincones de España.
La etología equina los define como animales de presa y, por tanto, como animales sociales que necesitan al grupo para sobrevivir. Esto les convierte en seres muy comunicativos y emocionales. Su sociedad es todo un ejemplo para aprender: son colaborativos, son presentes y son muy coherentes. El caballo como compañero es una magnífica ayuda para apoyar a los equipos de psicólogos, tanto en grupo como a nivel individual, y favorecer avances en las diferentes áreas del desarrollo, ejerciendo un rol significativo como facilitador emocional, así como apoyo en el desarrollo personal y social del individuo (Wilson, Buutjens, Monsfries y Karimi, 2015).
Desde PsicoAnimal el compromiso para con el bienestar animal en general y del caballo en particular, constituye uno de los ejes inherentes a nuestra metodología en cada una de las intervenciones llevadas a cabo por la entidad. Prueba de ello es la creación del Programa de Rescate de caballos de terapia, donde nuestros caballos viven en unas condiciones óptimas acordes a su etología, y cuyas necesidades físicas y emocionales están satisfechas, resultando en caballos emocionalmente equilibrados y comunicativamente coherentes. Esto es posible en gran parte gracias a Fullcover y su apoyo económico que cada mes nos permite hacer frente a los gastos de parte de la alimentación.
Otro de los ejes inherentes a nuestra metodología de trabajo es el principio de beneficio mutuo que debe primar en las intervenciones. Nuestras IAA están específicamente diseñadas y cuidadas para el beneficio mutuo y disfrute de animal y beneficiario, pues desde nuestro prisma esta es una vía ética y respetuosa para con los animales y efectiva en términos de éxito terapéutico.
En el caso de nuestros caballos, las tareas y actividades propuestas en las sesiones terapéuticas no sólo respetan su etología como equino si no que suponen la estimulación sensorial, motora, emocional y cognitiva que éstos precisan.
Las conexiones comenzaron durante el mes de mayo y los resultados obtenidos están siendo evaluados por los profesionales del hospital de referencia de estos pacientes. Además, se recoge feedback de las familias de estos niños y niñas.
Las primeros registros son muy prometedores y aluden a beneficios a nivel emocional sobre todo.
Las sesiones funcionan como una ventana al exterior que permite al participante conectar con el entorno y aprender sobre las necesidades del caballo. Así, a través de la conexión, pueden disfrutar de un paseo a buscar agua, jugar con los caballos a encontrar zanahorias escondidas y favorecer la estimulación son sensaciones del entorno en plena naturaleza.